El monstruo como corporización de lo ominoso en Tundra, de José Luis Aparicio

  • Marta N. R. Casale
Palabras clave: monstruo, ominoso, poder, obediencia, abatimiento

Resumen

Desde su misma etimología la esencia del monstruo es “mostrarse”, aparecer ante el otro,
corporizando aquello que espanta por estar más allá de la frontera de lo natural, de lo
civilizado; más allá del orden. Al funcionar como un espejo deformado –el monstruo siempre
se presenta como un ser deforme, una anomalía- hace patente nuestro propio temor al
desorden posible o, incluso, latente, bajo la apariencia de orden reinante. Precisamente, por
esta capacidad del monstruo de evidenciar desde la diferencia la contracara de todo aquello
que es familiar, a menudo se encuentra ligado a lo ominoso, resultando la corporización de
lo extraordinario y horroroso que irrumpe en la vida ordinaria.
Lo interesante de TUNDRA (José Luis Aparicio Ferrara, 2021), es como subvierte esta
concepción del monstruo en varios sentidos, utilizando, sin embargo, simbología y recursos
formales, ya utilizados en otras artes o producciones. Los monstruos que invaden la ciudad
en ruinas, ya de por sí extrañada, no asustan como debieran. Aunque se adentran en la vida
cotidiana hasta invadirla toda, a sus habitantes parece ganarles la desidia, o simplemente la
desesperanza. Al contrario de otros relatos en los que el monstruo viene a romper el orden,
los del film de Aparicio parecen ser su resultado. Uno corrupto.

Publicado
2023-10-13
Sección
Artículos