Critica de Vendrá La Muerte y tendrá tus ojos

  • Natacha Schervobsky Conicet/UBA

Resumen

Dos mujeres recostadas sobre una hamaca paraguaya: una le acaricia el pelo a
la otra, se besan, se abrazan, se miran y sonríen. Con esta escena amorosa, envuelta de
ternura y dulzura, comienza la película.
A continuación, vemos a la pareja en un auto. Una conduce, la otra le pide que
cierre los ojos, que confíe en ella y que maneje a ciegas. Ella lo hace, duda, se inquieta,
pero confía en su amor y maneja un tiempo sin saber qué sucederá. Luego abre los ojos.
La incertidumbre, caminar hacia lo desconocido, la confianza en la otra, cerrar los ojos y
entregarse al devenir, son elementos que se van tejiendo en la narración.
Recién en la tercera escena cuando están en una discoteca, comprendemos que
algo no anda bien, por una pregunta. La mujer de pelo corto, luego de contestar, sale del
lugar, se larga a llorar con todo su cuerpo en la puerta de una casa. Un hombre se acerca
y le pregunta si puede ayudarle, ella contesta que no, pero él insiste en no dejarla sola.
Se sienta a su lado, la acompaña y comparte esa tristeza sin palabras.
Este modo de narrar caracterizado por la compañía, el cuidado, el amor, las
miradas, los besos y las caricias forman parte del tratamiento de la historia y hacen
pensar en la “nueva suavidad” que propone Suely Rolnik (2013): vinculada a la creación
de otras formas del deseo, que tienen que ver no con los modos de apropiación del/la
otrx, de su imagen, su sentir ni con ejercer poder sobre su cuerpo, sino con la instauración
de otros campos de intimidad, diferentes, en donde los territorios son transformados en
refugios y se puede devenir mujer, se puede construir otras formas de amor y de amar.

Publicado
2023-09-11
Sección
Críticas