Urgencia y levantamiento del cine chileno reciente
Bordes de lo real en la ficcion: Cine chileno contemporaneo
Resumen
Hay más de una razón que permitiría confirmar la existencia de un proyecto
de mayor alcance en los dos libros que Carolina Urrutia ha publicado en torno a los
recorridos estéticos y políticos del cine chileno de este milenio. En Un cine centrífugo:
ficciones chilenas (2005-2010) la autora se emplaza historiográficamente en el mismo
vértice que la crítica -a partir de El novísimo cine chileno-, fijó de manera transversal
como el momento de eclosión de una nueva fase para el devenir del cine chileno el
Festival Internacional de Cine de Valdivia de 2005-, y con el cual estableció acercamientos
y también disensos.
En relación con la definición caracterológica que ese breve pero decisivo
fragmento de la historia del audiovisual en Chile, Un cine centrífugo corrobora la manera
en que en muchas de las obras estrenadas en esos cinco años se recompone la dimensión
de lo político hacia una zona alejada de las antiguas convenciones explícitas y de los
didactismos consignados en el cine de los años noventa, en tanto desplazan “hacia otros
ámbitos de comprensión, las concepciones históricas de lo político en el cine”. Ese libro
confirmaba que la nueva territorialidad política había abandonado la dimensión del
argumento como hábitat prioritario y había resituado esta perspectiva en el orden de lo
individual, de lo subjetivo y en zonas dramáticas periféricas, a través de la incertidumbre,
del desencanto y del malestar de los personajes frente al entorno.