Reseña de cine y experiencia
Siegfried Kracauer, Walter Benjamin y Theodor W. Adorno deMiriam Bratu Hansen
Resumen
“¿Qué es lo que me fascina, lo que me tiene encantado en las fotografías que amo?” se
pregunta Giorgio Agamben en “El día del Juicio Final”, un ensayo que se encuentra incluido en
su libro Profanaciones (2005). Esa pregunta, de apariencia sencilla, permite a su autor formular
una respuesta que nos enfrenta, a mi entender, con una de las más concretas descripciones de
la ambivalencia de la cual son portadoras las imágenes y que, a su vez, se encuentra presupues-
ta a lo largo del libro de Miriam Bratu Hansen Cine y experiencia. Siegfried Kracauer, Walter
Benjamin y Theodor W. Adorno. En efecto, Agamben sostiene que aquello que lo atrapa de esas
imágenes es “una exigencia: lo retratado en la foto exige algo de nosotros, exige no ser olvidado.
(...) Una exigencia de redención. La imagen fotográfica es siempre más que una imagen: es el
lugar de un descarte, de una laceración sublime entre lo sensible y lo inteligible, entre la copia
y la realidad, entre el recuerdo y la esperanza” (2005: 33). Es, por cierto, esta misma condición
esencialmente excedentaria respecto de sí mismas la que le permite a las imágenes exhibir su
potencial crítico irremplazable, aquél que, justamente, predomina en el acercamiento de Han-
sen a las estéticas de Kracauer, Benjamin y Adorno en su libro. Pues, para ella, los mencionados
pensadores han hecho de la potencia de las imágenes, esto es, de su capacidad de conmover a tal
punto la percepción y la memoria -ya sea individual o colectiva, voluntaria o involuntaria- la vía
regia para plantear una nueva forma de la experiencia -capaz, por eso mismo, de sobreponerse
a su repliegue moderno- y para imaginar la posibilidad de otro porvenir en común