Hacerse puto en la cárcel. Monstruos, delincuentes y maricas en el cine argentino

  • Atilio Rubino CONICET, IdIHCS-FaHCE-UNLP
Palabras clave: cine argentino, cine queer, homosociabilidad, monstruos, masculinidades

Resumen

En este artículo retomo una de las tesis que Jeffrey Jerome Cohen (1996) planteó para
hablar del monstruo en la cultura, la de la policía de los bordes, para pensar dos películas
de fines de los noventa y principios del 2000 como La Furia (1997) y Plata quemada (2000)
como una clausura de un modo de representación cinematográfica de la homosexualidad
vinculado a la criminalidad y la delincuencia. Plata quemada puede ser considerada como
una reformulación marica del género de gánsteres. La cárcel se convierte en un espacio
utópico en el que, como dice uno de los personajes, uno puede volverse puto. De este modo
el devenir marica y criminal se convierte en una liberación respecto al mundo capitalista.
Al contrario, en La Furia se plantea la historia de un joven encarcelado injustamente y allí se
juega la vinculación de la homosexualidad con la violencia machista. Lo que está en peligro
es el ano castrado del hombre cis hetero. Ambas películas plantean asimismo diferentes
regímenes de la mirada. En esa última se exhibe el cuerpo del protagonista a la mirada
marica sólo para sancionarla como perversa y monstruosa. En Plata quemada, en cambio,
las miradas entre los personajes y del espectador generan un rompimiento de los bordes
que separan la camaradería heterocismasculina y la homosexualidad.

Publicado
2023-10-13
Sección
Artículos