Un futuro del tamaño del universo: Proximidades afectivas y porvenir en Estrella Roja
Resumen
Estrella roja (Bordenave, Argentina, 2022) se compone de archivos y narraciones ficcionales alrededor de los 100 años de la Revolución Rusa. En 2017, la realizadora viaja a Rusia en busca de esos festejos. No los encuentra. Encuentra otras cosas. Encuentra la errancia de algunos personajes anacrónicos, las narraciones de otras explicaciones posibles sobre la vida y la muerte, lo terrenal y lo extraterrestre, la propia revolución, Marx, Marte. “La película responde a la visión de futuro que se transforma en ese arco temporal de un siglo. Pasa de ser un territorio de creación y transformación a ser una oscura perspectiva, un lugar que nos atemoriza” dice Bordenave (2022). La promesa, tal como anticiparon autoras del giro afectivo, ya no tensiona simplemente hacia un porvenir alentador. La física y la ciencia ficción parecen desdibujar fronteras en un
film que trama otra temporalidad del relato, desfondando, en su gesto, la crononormatividad que aceptamos como premisa de todo silogismo actual. Los lejanos paisajes afectivos reclaman una respuesta, como apunta Butler, una proximidad. Entre la advertencia de la falta de futuro y la inquietud de la esperanza (Ahmed), el film permite repensar críticas a una temporalidad homogenizante, tanto como la posibilidad de desentrañar esperanzas cifradas en otras tramas afectivas.